En este artículo pretendo ofrecerte la información, características y obras más importantes de los cinco autores más representativos del romanticismo ecuatoriano. No es mi intención dejar de lado a los otros autores de esta escuela literaria; sin embargo, me centraré en estos, a quienes llamo: Los cinco grandes del romanticismo ecuatoriano; dado que, con su obra ayudaron a forjar en la población ecuatoriana de inicios del siglo XIX una proto-identidad nacional.
Estos autores son:
- José Joaquín de Olmedo
- Juan León Mera
- Juan Montalvo
- Miguel Riofrío
- Dolores Veintimilla de Galindo
¿Quieres conocer el contexto histórico y las características puras del romanticismo ecuatoriano?, pincha el siguiente enlace: https://adrianfloresescritor/historia-del-ecuador/el-romanticismo-literario-en-ecuador-caracteristicas-e-historia/
JOSÉ JOAQUíN DE OLMEDO
Guayaquileño. Considerado como uno de los padres del Ecuador. Fue precursor de la independencia de Guayaquil del 9 de octubre de 1820, y el primer vicepresidente del Ecuador.
Estilo y características de su obra
José Joaquín escribió una de las obras románticas, o prerrománticas más importantes de la literatura ecuatoriana. La victoria de Junín o el Canto a Bolívar. Caracterizada por la fuerza, la pasión y el sentimiento presentes dentro de su obra. Como se había mencionado en el post anterior. El romanticismo en Ecuador pretendió crear a la nación ecuatoriana.
Se lo considera prerromántico porque su poesía guarda mucha relación con el neoclasicismo en su forma, es decir, se trata de escrituras con respeto a la sintaxis y el no uso de la hipérbole; pero su contenido adquiere tintes del romanticismo al hablar de la libertad, y mencionar a personajes históricos de raíces indígenas.
Obras de José Joaquín de Olmedo
Tradujo la “Primera epístola”, de Ensayo sobre el hombre de Alexander Pope; Canto a Bolívar, Canto a Flores, Canto del 9 de Octubre, Canto del 10 de Agosto, En la muerte de mi hermana, Obras poéticas.
La victoria de Junín o el Canto a Bolívar
Con el Canto a Bolívar, logra plasmar el imaginario de batallones de ejércitos peleando por una nación, por una libertad.
Al leer el poema, uno puede escuchar los truenos de los mosquetes y sentir la sangre del enemigo. Lo primero lo logra con la figura retórica aliteración con las letras R-T-S-Z-C, y lo segundo al emplear adjetivos y sustantivos poderosos, fuertes.
¡Atroz, horrendo choque, de azar lleno! Cual aturde y espanta en su estallido de hórrida tempestad el postrer trueno, arder en fuego el aire, en humo y polvo oscurecerse el cielo y, con la sangre en que rebosa el suelo, se verá al Apurímac de repente embravecer su rápida corriente. Mientras por sierras y hondos precipicios, a la hueste enemiga el impaciente Córdova fatiga, Córdova, a quien inflama fuego de edad y amor de patria y fama. Córdova, en cuyas sienes con bello arte crecen y se entrelazan tu mirto, Venus, tus laureles, Marte.
En el poema también recurre a menciones que delatan el paisaje ecuatoriano, así como los personajes históricos importantes.
El Inca esclarecido iba a seguir, mas de repente queda en éxtasis profundo embebecido: atónito, en el cielo ambos ojos inmóviles ponía, y en la improvisa inspiración absorto, la sombra de una estatua parecía.
JUAN LEÓN MERA
Ambateño, nació en 1832.
Debido a los escasos recursos de su madre fue educado en su propia casa. Era pintor y afiliado a la política y pensamiento conservador, razón por la cual tuvo mucha afinidad con el gobierno del presidente Gabriel García Moreno.
Como todo buen romántico, sus ideales de nación de progreso se basaban en la igualdad y la justicia, pero sobre la base de la moral y preceptos católicos. Esto será definitivo y lo incluirá dentro de su magna obra Cumandá, publicada en 1879.
Estilo características de su obra
Tres son los rasgos distintivos de la obra leónmerina Primero:
Usa el estilo neoclásico al igual que Joaquín de Olmedo. Respeta el léxico y la sintaxis, tal como lo prescribe la Real Academia de la Lengua.
Segundo, por su temática es eminentemente romántico: Va a pintar un paisaje idílico del Ecuador, sus descripciones serán emotivas.
Y, tercero, debido a sus inclinaciones políticas, verá al catolicismo como fuente de la moral y el progreso de las civilizaciones. Es decir, existe una predominancia en sus escritos de la moral cristiana.
Obras de Juan León Mera:
Las obras de Juan León Mera son: Cumandá o un drama entre salvajes, Himno Nacional del Ecuador, Poesías, La virgen del Sol, Ojeada histórico-crítica, Obras selectas de la célebre monja de Méjico sor Juana Inés de la Cruz, Mazamorra, Catecismo de Geografía de la República del Ecuador, La escuela doméstica, Cantares del pueblo ecuatoriano y Antología ecuatoriana de poetas, Antiguallas curiosas, Tijeretazos y plumadas, Biografía de García Moreno, Novelitas ecuatorianas.
Cumandá, una obra entre salvajes
Resumen de la obra
Su trama principal se cierne sobre el amor de los personajes principales: Cumandá y Carlos. La una, de niña, fue rescatada por su madre adoptiva Pona y su padre Tongana. El otro había ido con su padre a la selva. Sin embargo, Tongana, con el fin de no ver juntos a Cumandá y a Carlos; entrega a Cumandá en matrimonio al líder guerrero Yahuarmaqui, quien muere en una batalla entre tribus. Cumandá también muere tras beber un veneno. Al finalizar la novela, se revela que Cumandá era hermana de Carlos.
Paisaje idílico
Esta obra emblemática del romanticismo ecuatoriano se ambienta en la Amazonía ecuatoriana. Una Amazonía que Mera presenta como bondadosa, maravillosa. Nada que ver con la verdadera selva del oriente, que si bien hermosa, también es peligrosa y agreste.
La evangelización como fuente civilizatoria
Esta novela revela el pensamiento de León Mera de que la moral católica y el cristianismo serían las únicas fuentes de civilización: Entre las dos tribus que se presentan en la novela, la primera, la Zápara es una tribu amable y tranquila por haberse evangelizado. La otra tribu, la jíbara es una tribu salvaje por no ser evangelizada. “Mera asevera en Cumandá que la iglesia, encarnada en los misioneros, no sólo es imprescindible para guiar a los indígenas hacia el bien, sino que es el cimiento de la sociedad, la cual desde la expulsión de los jesuitas en la época colonial, había quedado disgregada y desmoralizada”. (Lexus Editories, 2010, p. 535)
¿Quieres leer el resumen completo de la obra?, Pincha en el siguiente enlace: http://resumenliterario.blogspot.com/2009/07/cumanda_25.html
JUAN MONTALVO
Otro gran ambateño nacido en 1832.
En su primer viaje a Europa cultivó sus talentos en el breve tiempo que estuvo allí. Al volver a Ambato comenzó la publicación de su revista: El cosmopolita,desde la cual se perfilará su estilo agresivo, crítico y pulido. “Su palabra es de una negatividad -esto es, contestataria, insurrecta-creadora”. (Valdano, 2015, p. 12).
Los capítulos que se le olvidaron a Cervantes y su estilo
Es famosa por ser una de las mejores continuaciones que se ha hecho de la obra del Don Quijote.
Según la enciclopedia española Monitor (editorial Salvat, 1970, tomo 6), en su artículo dedicado a Don Quijote, esta obra de Montalvo es la mejor aproximación al personaje cervantino, en términos novelísticos, pues logra reproducir en gran medida su esencia.
Textualmente el artículo declara: «En el siglo XIX hemos de destacar la valiosa interpretación del ecuatoriano J. Montalvo, quien en los «Capítulos que se le olvidaron a Cervantes» trazó una semblanza del héroe que no desdeñaría su mismo autor: el sentido de raza, tragedia y sublimación fueron magníficamente destacados por el eximio polígrafo ecuatoriano».
La obra se basa en presentar nuevas aventuras de Don Quijote de la Mancha. La acción se inicia a partir de un momento indeterminado de la obra cervantina, en el contexto de la tercera salida, y se interrumpe dejando a Don Quijote con vida.
Estilo características de su obra
Su obra está llena de crítica hacia lo que él consideraba incorrecto: La tiranía y el clericalismo. Uno de los temas que diferencian a Montalvo de León Mera es que, Montalvo es un liberal de pensamiento, pero también romántico por temática y neoclásico por escritura.
Pensamiento liberal
Su pensamiento liberal, precisamente, no le permitía tolerar el autoritarismo, ni de Moreno, peor de Veintimilla, razón por la cual fue exiliado en los gobiernos de estos dos dictadores. Pero era romántico, preocupado por la libertad del individuo, apasionado, y libre de decir lo que él pensaba. Neoclásico por su escritura castiza, aferrada a las normas de la Real Academia de la Lengua.
Tomaré algunos fragmentos del prólogo que escribió Montalvo sobre su obra: Los capítulos que se le olvidaron a Cervantes¸ para ejemplificar su estilo literario:
Como apasionado, libre de expresarse:
Traducidnos la Enciclopedia, por Dios; traducídnosla, vos otros que sois, ¡oh españoles! tan amigos y partidarios de Rousseau, Diderot, d’Alembert, Grimm y más puntos luminosos de la gran constelación del siglo XVIII, cuya estrella polar, el hélice del infierno, es Francisco María Arouet, convertido en Voltaire por obra y gracia del demonio. Pero esos libritos, esas novelitas, esos santitos, esas estampitas de que están atestadas las librerías de Madrid y Barcelona, todo traducidito de los autorcitos más chiquitos del Parisito del día o de la noche, ¡oh! estas chilindrinas son la vergüenza de la España moderna, la vergüenza de la América hispana.
Como Anticlerical nato -y por tanto liberal-. “-Ojo, que anticlerical no significa ateo-”
«Destruid el culto católico, y en cada ciudad habréis de menester un tribunal con prisiones y verdugos». Esto dice Chateaubriand, ortodoxo sistemático. El conde José de Maistre, campeón de la Iglesia a todo trance, sostiene que sin verdugo no puede existir ninguna sociedad de hombres. Et nunc intelligite. Para mi propósito no importa cosa la contradicción de esos dos furibundos ultramontanos: según el uno, al faltar la Iglesia, el verdugo es indispensable; según el otro, la Iglesia no puede existir sin el verdugo. Allá se averigüen: mi negocio es entregarle al patíbulo al facineroso de menester; y por fas o por nefas, católico o protestante, allá va a manos del señor conde don José. «Toda expiación requiere sangre», dice también ese sublime apóstol del cadalso; derrame la de ese delincuente, y quede purificada la lengua castellana.
Como neoclásico, castizo, defensor de la lengua bien escrita:
Suelen los autores servirse del indefinido condicional en lugar del pretérito pluscuamperfecto, por rehuir la importuna consonancia que resulta de muchas oraciones que concurren en el propio caso; mas nadie, nadie, ningún escritor que merezca este título, ha usado jamás del indefinido por el imperfecto, y menos por el perfecto o pasado absoluto.
“El lenguaje utilizado por Montalvo, fue de su propia creación debido a la escasa influencia literaria que percibía en Ecuador, pero contribuyó a la transformación de la prosa española en el siglo XIX” (Lexus Editores, 2010, p.534).
Montalvo, titulado por sus detractores como “El gran insultador”, cultivó un estilo fuerte y crítico. Es considerado como el mayor ensayista ecuatoriano del siglo XIX.
Obras de Juan Montalvo
Periódico El cosmopolita, El antropófago, La dictadura perpetua, El regenerador, Las catilinarias, Los siete tratados, La mercurial Eclesiástica, El espectador, Capítulos que se le olvidaron a Cervantes, Geometría Moral.
¿Quieres leer la obra Los capítulos que se le olvidaron a Cervantes?, Pincha en el siguiente link:
https://es.wikisource.org/wiki/Cap%C3%ADtulos_que_se_le_olvidaron_a_Cervantes
MIGUEL RIOFRíO
Nació en Malacatos, provincia de Loja en 1822.
En 1840 inició sus estudios de Derecho en la Universidad Central del Ecuador donde fue compañero de García Moreno y alumno de Pedro Cevallos quien le transmitió su amor por el liberalismo. Pese a haber sido compañero del “Tirano”, fue su opositor cuando Moreno asumió el gobierno y fue desterrado. Tiempo después fue ministro plenipotenciario en Lima del general Ignacio de Veintimilla.
Obras de Miguel Riofrío
Fue colaborador o fundador de algunos periódicos como: El industrial, La razón, La Unión, El 6 de Marzo, La alianza. Escribió las novelas: María, La emancipada, y los poemas Nina Yacu, A orillas del Telembí, Mi asilo, Josefina, A mi esposa.
Entre otras obras están: Apuntes de viaje de un proscrito ecuatoriano; Un poeta en nuestros Andes; Correcciones de efectos de lenguaje; Biografía de Pedro Moncayo.
La Emancipada
La prosa de Miguel de Riofrío adopta todas las características del romanticismo tradicional. Su novela fue publicada por entregas. La emancipada, considerada hasta lo que se conoce como la primera novela escrita del Ecuador.
Muy bien lograda, transmite los tópicos propios del movimiento romántico, y por su temática, adelantado en varias décadas a la literatura: costumbrista y realista.
El argumento de la obra es sencillo y de fácil lectura pese a la cantidad de temas que desarrolla:
Resumen de la obra:
Rosaura es una joven quien tras haber perdido a su madre fue encerrada en casa por su padre, obligada a las labores de una “buena mujer de la época”, y conllevada a separarse de la persona que amaba: su amor de siempre Eduardo.
Cuando su padre la obliga a casarse con un señor dueño de algunas tierras, Rosaura decide huir hacia la provincia de Loja donde se entrega al libertinaje y las fiestas. Ahí también realiza la defensa de algunos abusos hacia los indígenas.
Rosaura se suicidará porque incluso Eduardo le ruega que vuelva al camino de la rectitud. La mujer, ya desilusionada de todo cuanto tuvo que vivir, avergonzada también y sin ánimos de rectificarse, decidió suicidarse.
Estilo características de su obra
Miguel Riofrío en su obra la emancipada va a incluir tres características que van a definir su obra: El liberalismo, Anticlericalismo, La defensa del indigenismo y costumbrismo.
El liberalismo:
Los temas en los que se centra la obra de Miguel de Riofrío, especialmente su novela La emancipada, son el Liberalismo: la defensa de la mujer y su derecho a no ser usada como objeto. En realidad, Riofrío no propone libertinaje para el sexo femenino, sino que denuncia que, por efectos de un clericalismo dogmático, dentro y fuera de la familia, la mujer puede desviar su comportamiento de lo que se consideraba aceptado para una mujer en aquella época.
En este sentido, la protagonista de la obra: Rosaura, se convierte en una rebelde con causa. Acorralada huye de la ciudad porque su padre y un cura le ofrecieron en matrimonio a un señor, propietario de algunos terrenos en Quilanga: don Anselmo de Aguirre.
“Los déspotas y los fanáticos son los que empujan la sociedad a la región del libertinaje”. (Riofrío)
Riofrío defiende la libertad, pero no el libertinaje. Tampoco defiende los excesos de carcelarios de religión dogmática. Va por el punto medio, el equilibrio de la vida. En las cartas que Eduardo envía a Rosaura le dice:
“La verdadera victoria la alcanzarías al dejar la bahorrina de los placeres frenéticos para seguir los decentes y racionales”.
Bajo la cita anterior se puede decir que ese no es el pensamiento de Riofrío, sino del personaje Eduardo, parecería que así es, sin embargo, hemos de recordar que cuando Rosaura se suicida, es cuando Eduardo le hace ver que el camino que llevaba “no era el correcto”.
“Tengo vergüenza de mí misma, me aborrezco de muerte y no sé cómo he de vengarme. Antes de nueve meses he recorrido un siglo de perdición”.
Si bien Rosaura en otras cartas se vanagloria de su libertad, lo hace no aceptando que aquel sea un camino, sino una utopía.
“Yo no puedo vivir sino de emociones, las emociones son un sueño y no quiero que nadie me despierte”.
Pero en este liberalismo, Riofrío también expone que allí, donde no hay libros ni educación, hay tiranía y censura.
En un fragmento de la obra, el padre de Rosaura se queja de su esposa y madre de la protagonista -quien había muerto- de la siguiente forma:
“Así me casé yo con tu madre, y en realidad de verdad, al no haber sido así, no me habría casado, porque tus abuelos (…) cometieron el desbarro de que un maldito fraile (…), que vino a esa tontera de escuelas normales, hiciera leer malos libros a la muchacha. Con ese veneno se volvió respondona, murmuradora de los predicadores, enemiga de que se quemaran ramos benditos para aplacar la ira de Dios, y amiga de libros, papeles y palabras ociosas; de modo que nadie quiso casarse con ella en la ciudad, y con justa razón, porque ella en vez de hilar y cocinar, que es lo que deben saber las mujeres, le gustaba preguntar en dónde estaba Bolívar, quiénes se iban al Congreso, qué decía la Gaceta, y guardaba como cosa de reliquia esos libros de Telémaco y no sé qué otros extravagantes que le había dejado ese fraile, que ni sé cómo se llamaba: unos le decían padre normal, otros padre masón y otros padre maestro”. (Riofrío)
Anticlericalismo:
El anticlericalismo que censura Riofrío en su novela es el de la religión dogmática, comprende que una cosa es lo que en boca de ciertos curas puede parecer tonto y tiránico, es en realidad distinto de lo que significan las sagradas escrituras. Así, su denuncia no es contra la religión ni contra Dios, sino contra aquellos curas y personas que practican malamente el cristianismo y lo malinterpretan -Según la visión de Riofrío-.
“Yo aprendí a adorar a Dios porque era padre, porque era bueno y porque había hecho cosas tan grandes y tan hermosas. Mi padre, en vez de hacerme amar las cosas santas, me imponía la tarea de rezar como una veintena de padrenuestros y avemarías por centenares cada noche”.
Defensa del indigenismo y costumbrismo:
Sin llegar a la denuncia, ni a la exposición de los maltratos de los que fueron víctimas los indígenas como lo hace el Realismo social. Riofrío, al igual que otros románticos exponen el tema de las desigualdades sociales. Tema quizá acuñado por la corriente romántica de favorecer las libertades.
Otro tema que presenta La Emancipada es el de una iniciación al costumbrismo. Si bien recordamos que la tarea de los románticos ecuatorianos era: forjar una identidad, y como pretexto, muchos escritores se abocaron a mostrar las bellezas del paisaje; Riofrío va un poco más allá, porque también muestra ciertas costumbres de los habitantes.
“El 24 de junio, como día del Santo Patrón, se celebraban allí unas fiestas en que siempre a los indios les tocaba la peor parte, pues sus gustos se reducían a trabajar para que los blancos de la ciudad se divirtieran. Había misa solemne, procesión, corrida de gallos, y tras ésta se satisfacía la taurina pasión de nuestra raza”.
DOLORES VEINTIMILLA DE GALINDO
Nació en Quito en 1829, y murió a penas a los 27, perseguida por una sociedad colonial que no toleraba el que una mujer pueda expresarse, mucho menos a favor de los desprotegidos.
Había nacido en una familia burguesa y recibió la educación de la que ninguna otra habría recibido por su condición de mujer. Este tipo de vida creó en ella su espíritu romántico al más alto nivel de esta corriente literaria del Ecuador.
A los 18 se casó con Sixto Galindo razón por la cual tuvo que viajar a Guayaquil y Cuenca.
La historia de una verdadera romántica
Cuenca, fuente de su perdición.
En Cuenca, Dolores se rodeó de un pequeño grupo de la intelectualidad romántica, como Miguel Ángel Corral, Luis Cordero, José Rafael Arízaga y el chileno Guillermo Blest Gana.
Esto le valió a Dolores la crítica del retrógrado pensamiento cuencano de aquella época. Situación que se vio agravada cuando su marido tuvo que viajar a Centroamérica.
La educación que ella recibió y sus lecturas constantes le permitieron ver las injusticias donde nadie podía verlas, en la aplicación del precepto rossiniano del romanticismo “el hombre bueno por naturaleza es corrompido por la sociedad”, defendió a un indígena -Tiburcio Lucero- en una carta que publicó. –Necrología-.
Un curioso ratoncito
Esa carta le valió el desprecio del cura y canónigo Ignacio Marchán y su acólito el Fray Vicente Solano quienes escribieron contra ella panfletos incendiarios:
Mil veces paseaba su pieza una señorita llena de orgullo, con gorro a la cabeza, capita al hombro y corsé ajustado (…) Si la señorita no perteneciera al bello sexo, y si yo, que soy parte del ‘GRAN TODO’ para meter también mi cuchara en el saber humano, no disfrutara de los desperdicios de su mesa, la hiciera conocer la falta de ortografía, los nuevos errores, barbarismos, solecismos, discordancias, incoherencias, en que ha incurrido en el último papel (…) Ya veis pes mis amigos que nuestra LITERATO-PLAÑIDORA, por darlas de progresista no conoce clases en la sociedad”. Vicente Solano.
A mis enemigos:
En respuesta a sus detractores, escribió su poema A mis enemigos:
¿Qué os hice yo, mujer desventurada, que en mi rostro, traidores, escupís de la infame calumnia la ponzoña y así matáis mi alma juvenil? (…) No dan respeto la mujer, la esposa, La madre amante a vuestra lengua vil… Me marcáis con el sello de la impura… ¡Ay! ¡nada! ¡nada! ¡respetáis en mí!
Estos serían los motivos que llevaron a la siempre sensibilísima Dolores Veintimilla a suicidarse.
Carta de despedida:
Dejó como últimos versos a su madre los siguientes:
“Mamita adorada: perdón una y mil veces, no me llore; le envié mi retrato, bendígalo: la bendición de la madre alcanza hasta la eternidad. Cuide a mi hijo… Dele un adiós al desgraciado Galindo.
Su dolores.”
Obra de Dolores Veintimilla de Galindo
Recuerdos, Quejas, Sufrimiento, A Carmen, Anhelo, Aspiración, Desencanto, A mis enemigos, A un reloj, La noche y mi dolor, Necrología.
Estilo y características de su obra
Se dice que es la iniciadora del romanticismo puro, aunque en ella se pueden atisbar ya rasgos del romanticismo de la segunda generación; es decir, un romanticismo pesimista, nada esperanzador. Su obra se confunde con su vida, y en ella se perciben las características plenas del romanticismo. No sé si es que Dolores Vintimilla es la iniciadora del romanticismo, lo que sí sé, es que es la Romántica pura del Ecuador.
Libertad del artista:
En su carta, Recuerdos, Dolores Veintimilla se expresa como dueña de sí misma, desatada de todo cuanto corrompería su propia libertad.
“La confianza que mi madre tenía en mí, me daba una completa libertad; era, pues, soñadora de mis acciones y de mis horas”.
Sentimiento sobre la razón:
También expresa el florecimiento de la pasión desmedida, el sentimentalismo es una marca personal de su obra:
“A este hombre virtuoso es a quien debo la mayor parte de mis buenos sentimientos”.
Necrología, y la defensa por los desprotegidos
Tal cual lo hicieran otros románticos, Dolores también luchó por la justicia y la igualdad, como se había mencionado hace poco, ella escribió una carta en defensa de un indígena condenado a Muerte:
“Que allí tu cuerpo descanse en paz, pobre fracción de una clase perseguida, en tanto que tu espíritu mirado por los ángeles como su igual, disfrute de la herencia divina, que al padre común te tenía reservada. Ruega en ella al Gran Todo, que pronto una civilización más civilizada y humanitaria que la actual, venga a borrar del código de la patria de tus antepasados la pena de muerte”.
Quejas, el poema más famoso.
Para complacer a las masas, dejaré aquí su poema más famoso, pero ya vemos que la vida de esta poeta es más que su poema romántico. Es la vida de una perfecta romántica:
Quejas, Dolores Veintimilla de Galindo ¡Y amarle pude….Al sol de la existencia Se abría apenas soñadora el alma….. Perdió mi pobre corazón su calma Desde el fatal instante en que le hallé. Sus palabras sonaron en mi oído Como música blanda y deliciosa; Subió a mi rostro el tinte de la rosa; Como la hoja en el árbol vacilé. Su imagen en el sueño me acosaba Siempre halagüeña, siempre enamorada: Mil veces sorprendiste, madre amada, En mi boca un suspiro abrasador; Y era él quien arrancaba de mi pecho, El, la fascinación de mis sentidos; El, ideal de mis sueños más queridos; El, mi primero, mi ferviente amor. Sin él, para mí, el campo placentero En vez de flores me obsequiaba abrojos: Sin él eran sombríos a mis ojos Del sol los rayos en el mes de abril. Vivía de su vida aprisionada; Era el centro de mi alma el amor suyo; Era mi aspiración, era mi orgullo…. ¿Por qué tan presto me olvidaba el vil? No es mío ya su amor, que a otra prefiere; Sus caricias son frías como el hielo. Es mentira su fe, finge desvelo…. Mas no me engañará con su ficción…. ¡Y amarle pude delirante, loca!!! ¡No! mi altivez no sufre su maltrato; Y si a olvidar no alcanzas al ingrato ¡Te arrancaré del pecho, corazón!
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Bibliografía
Lexus Editories. (2010). HISTORIA DEL ECUADOR. Barcelona: LEXUS EDITORES.
Luna Tamayo, M. (2001). Historia del Ecuador. Madrid: Cultural, S.A.
Medina, C. M. (2015). Literatura Ecuatoriana I, texto guía. Loja: Ediloja Cía. Ltda.
Santillana. (2006). Historia y geografía del Ecuador. Quito: Santillana.
Universidad Técnica Particular de Loja. (2015). Literatura Ecuatoriana I. Loja: Ediloja.
Valdano, J. (2015). Literatura del siglo XIX (I). Loja: Ediloja.
Valdano, J. (2015). Literatura del siglo XIX (I). Loja: Ediloja.
Valdano, J. (2016). Literatura del siglo XIX (II). Loja: Ediloja.