Alfredo Pareja Diezcanseco
Baldomera fue publicada en 1938; junto con la Hoguera Bárbara, es una de las obras más conocidas de Alfredo Pareja Diezcanseco. Este escritor guayaquileño había pertenecido al grupo de Guayaquil con Joaquín Galleos Lara, Demegrio Aguilera Malta, José de la Cuadra y Enrique Gil Gilbert.
Pareja Diezcanseco, además, fue parte de la gran renovación literaria del Ecuador que se produjo a inicios de los 30’s con el movimiento literario: El realismo social.
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RESUMEN DE BALDOMERA
Compuesta por veintiséis capítulos, la obra de Pareja Diezcanseco girará en torno a cuatro ejes narrativos: La historia de Baldomera, la historia de Lamparita, la historia de Polibio y la historia de Inocente.
La historia de Baldomera.
Baldomera es una mujer afrodescendiente de carácter fuerte. Su contextura es gruesa. Baldomera, además, es dedicada a la bebida -un sucre diario en aguardiente-. Trabaja vendiendo bollos y pinchos de carne frente al portal de la tienda de un italiano llamado Landucci.
Comienza su relato una noche en que se embriaga y pelea contra unos borrachos de un bar y luego, contra policías de Guayaquil quienes la detienen. Uno de ellos le golpea en el estómago y le provoca un aborto. Su hijo Polibio la saca de la cárcel pidiendo dinero a su hermano Inocente.
Baldomera se había casado hace años con Lamparita. Lamparita fue un cuatrero que luego de huir a Guayaquil se dedicó a robar casas. Los hijos de Baldomera son: Inocente y Polibio, este último, hijo de Baldomera y Lamparita. Además de ellos tiene otros dos hijos que suelen pasar hambre.
Uno de los capítulos de la novela relata la masacre del 15 de noviembre de 1922 en la que participa Baldomera.
Lamparita es herido durante un asalto y se recupera en un hospital; por ello, Baldomera lo visita todos los días. Luego, ayuda a Inocente a no ir preso cuando él quiso asesinar a su novia. Baldomera se incrimina sobre la tentativa de asesinato, por esa razón es encarcelada.
La historia de Lamparita.
Lamparita es el cuatrero más conocido del río Yaguachi. Debe huir a Guayaquil, perseguido por la policía Rural. Abandona a su fiel caballo, escorpión. Al llegar a Guayaquil, aprende el negocio de punguero, o carterista. Con el tiempo conoce a más gente dedicada al robo y decide cambiar el punguerismo por el robo de casas, en cuyo oficio le instruyó un ladrón llamado Zarapico.
Conoció a Baldomera tras una riña con ella. Nadie había vencido a Baldomera; como Lamparita fue el primero en tumbarla, ella se enamoró de él, al rato se casaron y tuvieron sus hijos.
Un día en que estaba robando una casa es herido por el disparo de un policía. Moribundo, lo llevan al hospital. Lo cuidan un médico y una monja. Es visitado usualmente por Baldomera mientras se recupera de su herida.
La historia de Polibio.
Polibio es el primer hijo de Baldomera y Lamparita. Se lo describe como tímido. A diferencia de su hermano, Inocente, Polibio está muy pendiente de la suerte de su madre. Un día, impulsado por un amigo suyo, decide marcharse de Guayaquil hacia las haciendas del campo para buscar trabajo. Dado que no lo encuentra, sigue la senda del cuatrero, tal como su padre. -aunque eso último no se mostró en la historia-.
La historia de Inocente.
Su historia ocupa casi la segunda mitad de la misma. Él no es hijo de Lamparita, lo odia; pero también siente mucha vergüenza de su madre por ser borracha y estar en boca de todos. Inocente se gana la confianza del hijo del dueño de un aserradero que tiene buenas ganancias: El señor Honorio Paredes. También se gana la confianza de este señor y por eso comenzó a trabajar en ese lugar.
Ajeno a las luchas sociales y a la empatía del obrero, ayuda al señor Honorio Paredes a desenmascarar una huelga de trabajadores que se hizo en el aserradero, provocada por un español cuyo nombre es Ignacio Acevedo.
Inocente se enamora de una muchacha tímida llamada Celia María. Ayuda a su novia a trabajar en el aserradero; sin embargo, tanto el dueño como el hijo la embriagan y la violan.
Una vez inocente se enteró de aquel asunto intenta asesinar a Celia María. Le clava un cuchillo, aunque ella sobrevive. Baldomera lo ayuda a escapar. Su madre se hace pasar por la actora del crimen. Al finalizar la novela. Inocente y su novia se reconcilian, y Baldomera es procesada por intento de asesinato en la cárcel de Guayaquil.
OPINIÓN
Escrita bajo el marco del realismo social, Baldomera es una novela clásica de la literatura ecuatoriana debido a la crudeza con la que se expone la vida de los guayaquileños y habitantes del litoral. Para comprender la relevancia de la novela es necesario revisar los postulados del realismo social y exponerlos bajo el contexto de la época.
Conoce más sobre la literatura ecuatoriana y el realismo social: https://adrianfloresescritor.com/literatura-ecuatoriana-breve-resumen/
El realismo social como reacción a la época.
El Ecuador vivía sumido en crisis económica desde el fin de la primera guerra mundial. Las causas fueron: la caída de las exportaciones del cacao, y las plagas Monilla y Escoba de bruja que arrasaron las plantaciones de cacao. Entonces, los privilegios de la burguesía guayaquileña eran insultantes respecto a la miseria de sus habitantes. Si hacemos un poco de revisión histórica sabemos que, hasta la revolución juliana de 1925, los banqueros y cámaras de comercio manipulaban a los presidentes a su antojo.
Los personajes son edecanes de la sociedad de la época.
Lamparita
Lamparita es el cuatrero, bandido bravo que al llegar a Guayaquil debe abandonar su aspecto más salvaje representado en su caballo: escorpión, puesto que, Guayaquil representaba la modernidad del país. El bárbaro debía acomodarse a esa misma sociedad para tratar de sobrevivir.
Resulta curioso que Lamparita no decide cambiar de vida, continúa por la senda de la fechoría, es el único modo que conoce de hacerse rico; así, la riqueza está contemplada como una forma de latrocinio, aunque en ningún momento logra hacerse rico. Ahora bien, si lo analizamos desde una postura menos simbólica y más realista. Sabemos que Lamparita representa al habitante de clase baja, al ladrón que se burla de las leyes como modo de subsistencia. Su historia así no se convierte en algo trágico, pese a caer en manos de la justicia y sobrevivir al disparo que le dan en los intestinos.
Polibio.
Por otro lado, desde un modo opuesto a Lamparita está su hijo Polibio. De forma inocente pretendió ganarse la vida a fuerza de su trabajo. Él representaría a ese trabajador humilde que busca el sustento del día, a base de su propio esfuerzo. No obstante, por buscar esta senda termina perdiéndose. No sabe a dónde debe marchar. Recordemos que uno de los pasajes más hermosos –a criterio personal–, se da cuando Polibio va hacia las haciendas fuera de Guayaquil a buscar trabajo y se pierde. ¿Qué significado puede tener esto?, el trabajador humilde que pretende trabajar se extravía. No encuentra su trabajo honesto, al menos desde la perspectiva de este análisis, más que de la novela.
Polibio terminará por convertirse en cuatrero al igual que su padre. Dejará de lado su espíritu timorato y se convertirá en un ser bravío, acaso la única salida de sobrevivir en ese mundo tan desigual y sin oportunidades para la clase trabajadora de la época.
Inocente.
¿Quién es inocente?, representación del canalla, del trepador y el aprovechado. Inocente niega sus raíces, niega a su madre y tiene tirria de Lamparita. Aunque Inocente se esmera por su trabajo, también es cierto que él cree que la única forma de trepar hacia un modo de vida más o menos estable está en lamer las botas del rico y pasar encima de los de su misma clase. A base de calumnias, trató de que su jefe despida a uno de los trabajadores del aserradero, un negro Jamaiquino, buen trabajador.
A base de traición hizo de informante solapado durante la huelga de obreros y provocó indirectamente que al español Acevedo lo sacaran del país. Todo eso, ¿para qué?, Inocente, tal como su nombre lo indica, terminó traicionado vilmente por la mano que besaba. Su situación no cambió en absoluto. El pobre no se debe humillar ante el rico, bien podría ser el mensaje implícito de su historia.
Baldomera.
Por último. Baldomera, la mujer fuerte, pero ebria. La madre que salva al hijo que la negaba. Una madre que salía a vender bollos en una esquina y competía con una serrana a quien le iba mejor con las ventas. Una mujer a quien pocos se atrevían a enfrentar porque ella, dura como era, aprendió a sobrevivir a base de fuerza en ese medio tan salvaje. Esta mujer termina su historia, encerrada en una prisión.
La lucha de clases en la obra.
El señor Honorio Paredes se aprovechó de la inocencia de la novia de Inocente, la embriagó y la violó. Luego recordamos que en 1922 ocurrió la masacre de Guayaquil expresado en uno de los capítulos de la novela.
El rico viola al pobre. El rico se aprovecha de su condición de riqueza. Esa puede ser la representación de esa insultante prerrogativa que la clase pudiente de aquel momento tenía. De hecho, este rico aserradero no es en ningún momento inculpado por el crimen de violación. Inocente, ni si quiera intenta vengarse de él cuando se entera que su novia tenía relaciones con su jefe. Su venganza va contra Celia María. El rico se convierte en algo inexpugnable. El pobre debe luchar entre ellos con el fin de sobrevivir.
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“Análisis” formal de la obra Baldomera.
Bajo todo lo antes dicho. Queda decir que, quizá Baldomera tenga algunos inconvenientes desde el punto de vista estructuralista. Es decir, su personaje principal se pierde en mitad de la novela, ni avanza ni progresa y resurge al final de la historia para salvar la vida de su hijo. En un momento Lamparita se convierte en el protagonista, en otro, Polibio, y en otro Inocente. Pese a lo antes dicho, la novela sabe mantener el interés del lector bajo la lupa de estas cuatro tramas. Baste decir que otra de las intenciones de la novela es la de recalcar las diferencias sociales que existen entre los ricos y los pobres. Quizá ese sea el motivo por el que Baldomera no pueda elevarse al puesto de obra maestra. Historias como Los Sangurimas de José de la Cuadra ganan peso y trascendencia literaria porque sus aspectos mitológicos –leyendísticos según Alejandro Moreano– no son pretenciosos bajo ningún contexto, algo de lo que quizá peca demasiado esta novela.
Maestría en la tensión narrativa.
Cuando Inocente por poco comete el femicidio de su novia, el hilo de la tensión estuvo magistralmente llevado desde el conflicto de la violación de la pobre muchacha, la suspicacia de Inocente, sus celos y las intenciones que él tenía de casarse con ella. Todo aquello estalla el momento en que Inocente la busca y trata de asesinarla.
El estilo de Diezcanseco.
No se le puede negar a Diezcanseco su estilo claro y preciso del idioma. El uso coloquial de los diálogos pretendiendo emular el habla cotidiana de sus personajes y la descripción de los ambientes, -en ciertos momentos muy bellamente escritos-.
El mayor atributo de la novela es precisamente su personaje principal. Sus atributos la convierten en un personaje vivo. El lector fácilmente se puede enamorar -en el sentido literario- de este personaje raro para la época. Baldomera es una mujer afrodescendiente, fuerte, indómita, alcohólica y a su vez preocupada por sus hijos, que tiene el “corazón grande” de una madre, pero también que no permite que se metan con ella.
Conclusión.
En términos generales, Baldomera es una novela amena que se deja llevar bien por su escritura, cuyo mensaje implícito se halla en la exposición de los abusos de la clase pudiente contra la miseria de los pobres.