El corsario negro, gran novela de piratas que debes tener en tu estante.

Mi gran introducción a la obra de Emilio Salgari sucedió cuando abrí en mi Kindle su gran novela El Corsario Negro. Este prolífico autor me cautivó con una narrativa cargada de epicidad. Salgari escribió cerca de ochenta y cuatro novelas y muchísimos cuentos. Se considera que El Corsario Negro, junto con Sandokán, son las novelas más logradas del escritor. No puedo dar fe de ello, pero sí puedo decir que la historia del melancólico pirata me ha fascinado por completo.

Reseña sin espóiler de El Corsario Negro

Emilio Salgari, autor del Corsario Negro

Emilio Salgari, autor de El Corsario Negro

La historia narra la venganza del Corsario Negro, cuyo nombre es Emilio di Roccanera, señor de Ventimiglia. Él persigue a su mayor enemigo: Wan Guld, gobernador de Maracaibo, quien traicionó y asesinó a sus hermanos, el Pirata Verde y el Pirata Rojo.

Portada de El corsario negro de Emilio Salgari

Portada de El Corsario Negro de Emilio Salgari.

La primera vez que vemos al Corsario Negro, él se yergue imponente sobre su navío, El Rayo, pero su rostro exhibe la melancolía de haber perdido a sus hermanos por la traición de Wan Guld. Al enterarse de que el cadáver de su hermano sigue colgado en la plazoleta de Maracaibo, el Corsario Negro, junto a Wan Stiller y Carmaux, decide ir a la ciudad para rescatar el cuerpo del Pirata Rojo y darle sepultura en alta mar, como todo buen marino merece. Tras cumplir su objetivo, el Corsario se prende, como alcanzado por una flecha de Cupido, de una hermosa doncella flamenca. El destino fatal, que en esta obra actúa como el sino griego, le advierte que ese amor será la causa de su ruina.

El corsario Negro -Emilio Salgari. Adrián Flores
El corsario Negro, fragmento.

Ambientada en los mares españoles del siglo XVII y en los territorios de la selva americana que en aquellos tiempos pertenecían al Imperio español, como sudamericano debo decir que disfruté mucho de las descripciones de las ciudades españolas de América. Me hicieron cuestionarme cómo luciría mi ciudad, Quito, en la época en la que se ambienta la novela.

Por otro lado, cabe destacar que el Corsario Negro es un hombre de honor que respeta su palabra, lucha junto a sus hombres y siempre enfrenta a su enemigo; en contraposición a Wan Guld, quien ataca a traición —traicionó al Corsario Negro y a sus hermanos—, huye de los enfrentamientos y deja morir a sus hombres en batalla. La relación antagónica entre ambos personajes es tan singular que, en todo aspecto, uno es contrario al otro. Lo más sorprendente es que el autor no traiciona a su personaje ni lo cambia según las conveniencias del relato. En el momento decisivo en el que debe elegir entre cumplir su promesa de vengarse de Guld o el cariño de la mujer que ama, él opta por cumplir su palabra.

Quieres conocer la trágica vida de Emilio Salgari, autor de El Corsario Negro, clica en el siguiente enlace: https://historia.nationalgeographic.com.es/a/emilio-salgari-escritor-italiano-que-se-suicido-como-japones_14162

Mi opinión de El Corsario Negro

Debo hacer una confesión: soy amante de la trilogía original de Piratas del Caribe, así que mientras leía la novela, no pude evitar escuchar un soundtrack de esas películas en Spotify. Y es que la novela contiene todos los elementos que me hicieron amar las historias de piratas: duelos con espadas, combates entre navíos, asaltos a fortalezas y una más que aceptable historia de la isla de Tortuga, famosa por haber albergado a bucaneros y filibusteros que avasallaron las naves españolas. El tono de la obra es aventurero y épico, lleno de persecuciones y batallas, pero también se torna trágico y dramático en ocasiones. La novela es una montaña rusa que mantuvo el interés del lector sin desperdiciar ni una sola escena.

Lee la reseña de Noches Blancas de Fiódor Dostoyevski: https://adrianfloresescritor.com/noches-blancas-dostoyevski/

La novela del pirata negro me ha cautivado tanto que no puedo dejar de recomendarla a mis alumnos y amigos como una gran historia de aventuras.

Que los mares nos acunen y el viento sea favorable en nuestras próximas lecturas. Nos leemos pronto.

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