Eugenio Espejo, Reflexiones sobre las viruelas, reseña

Eugenio Espejo: Reflexiones sobre las viruelas -Reseña-

El siguiente artículo haré una reseña del libro de Eugenio Espejo, Reflexiones sobre las viruelas. En ese libro Eugenio Espejo propuso varias soluciones para que la Real Audiencia de Quito pudiera enfrentar la epidemia de la viruela. También expone las sucias costumbres de los habitantes de Quito, su penamiento atrasado, la viveza criolla y la falta de inteligencia económica.

“La peste no invade a los que toman las debidas precauciones para no incurrirla”.

El Cabildo de Quito le había encomendado a Eugenio Espejo en septiembre de 1785 la creación de un plan para frenar la epidemia de la viruela. Así nació este hermoso libro Refleciones sobre las viruelas, retrato de lo más sucio de la sociedad quiteña de aquel entonces.

Escribió este libro después de su trilogía literaria: El nuevo Luciano de Quito, Marco Porcio Catón y la Ciencia Biancardina donde criticó con acerbo lenguaje la tradición barroca de Quito, así como al pensamiento escolástico impuesto por los jesuitas tal como se muestra en este fragmento:

“Supuesto lo dicho del escolasticismo vano y ridículo de los tratados del aula, digo que a éstos los teníamos nosotros mismos por buenos para la especulativa y disputa, y con este motivo defendíamos a los mayores monstruos del mundo”. (Espejo, s.f., p. 147).

Pero nos interesa detenernos en sus reflexiones sobre las viruelas ya que evidenció la forma de ser de la gente de la Real Audiencia de Quito, criticándola y ofreciendo algunas soluciones para paliar la epidemia de la viruela que atacaba a la ciudad.

¿Deseas leer un extracto del libro Reflexiones sobre las viruelas?, pincha el siguiente enlace: http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/escritos-del-doctor-francisco-javier-eugenio-santa-cruz-y-espejo-tomo-ii–0/html/0039b8fc-82b2-11df-acc7-002185ce6064_22.html

Así mismo, porque en este escrito se evidencia una escritura más seria, pero no menos estética que sus tres libros anteriores, incurriendo, a veces en metáforas simples para pincelar su texto. 

También se evidencian ciertos galicismos, típico en los escritores ilustrados de América. Espejo no teme denunciar a quienes provocan la pobreza y las enfermedades. Ésta forma directa y punzante tan solo demuestra su objetividad, y el grado de compromiso que tenía con la ciudad de Quito para desde la crítica, ayudarla a sobresalir de su retraso e incultura.

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“Se ve más comúnmente que el interés del público es sacrificado al interés del individuo. Por todas partes no se presenta más que una multitud insensible de Egoístas, cuyo cruel designio es atesorar riquezas, solicitar honores y gozar de los placeres y comodidades de la vida, a costa del Bien Universal”  (Espejo, s.f., p. 44).

Eugenio Espejo propuso algunas recomendaciones para frenar la epidemia de la viruela

Reflexiones sobre las viruelas -Reseña-

EUGENIO ESPEJO, CAUSAS Y CÓMO ENFRENTAR LA EPIDEMIA DE LA VIRUELA EN QUITO

Origen de la Viruela en Quito según Eugenio Espejo

Eugenio Espejo, en su libro Reflexiones sobre las viruelas ,hace un extenso estudio del posible origen de la viruela que azotó Quito. En él llega a la conclusión de que, así como algunos bichos expanden ciertas enfermedades, debe haber algún tipo de corpúsculo que la transmite.

“Si se pudieran apurar más las observaciones microscópicas (…), quizá encontraríamos en la incubación, desarrollamiento, situación, figura, movimiento y duración de estos corpúsculos movibles, la regla que podría servir a explicar toda naturaleza, grados, propiedades y síntomas de todas las fiebres epidémicas, y en particular de la Viruela” (Espejo, s.f., p. 69).

Aire popular:

Espejo no esconde la incultura de la gente de su tiemp. El aire era demasiado fétido y lleno de cuerpos extraños podridos. Dice Espejo que la mala regulación sobre la posesión de puercos en las calles provocaba que estos hicieran sus necesidades en calles y plazas. Sin embargo, sorpréndete ilustre quiteño, que no solo los puercos se cacaban en las calles; también los indígenas y los mestizos. Además, los dueños de cada casa arrojan sus desperdicios hacia las calles. Así mismo, Espejo propuso que haría falta una limpieza continua y común de todas las calles de Quito.

Comida y bebida:

El mal trigo, el mal pan, la confección de licores venenosos, y la escasez de víveres era un tema que preocupaba mucho al ilustre doctor.

Espejo propuso una nueva forma de convivencia social y económica para poder salir de la epidemia. Entendió que la pobreza era un mal que podía provocar enfermedades, pero un mal que se puede evitar; sin embargo, para evitarse, se necesitaba corregir las malas prácticas que la provocaban:

La ignorancia de las masas; y la viveza criolla. -Literalmente sí, criolla-, porque eran los criollos o hacendados quienes alzaban los precios de los víveres a conveniencia y arguyendo falsas excusas. Con esta práctica, por ejemplo, ocultaban el buen trigo o lo vendían demasiado caro; lo poer, incluso el mal trigo lo vendían caro.

Consecuencia de esta viveza criolla -, las panaderas compraban mal trigo, lo mezclaban con el bueno, le añadían harina de maíz, y creaban un pan, a decir de Espejo, tan repugnante que debería de haberse prohibido su venta.

“Sale un mal pan cocido, pegajoso, ácido, amargo, fétido, y por consiguiente capaz de causar no solamente una enfermedad, sino una muerte repentina”. (Espejo, s.f., p. 82)

Escasez de alimentos en la Real Audiencia de Quito:

Espejo no entendía la razón de que no se importaran alimentos de otras partes de la misma Real Audiencia de Quito. Los habitantes de Quito se morían de hambre, pero solo consumían lo que se producía en las haciendas de la ciudad. A Espejo le preocupaba mucho el tema de la escasez porque provocaba alza de precios; por tanto, la gente pobre no podría alimentarse.

Pero la escasez de alimentos, según Espejo, tenía mucho que ver con las malas prácticas de los hacendados, antes referidas.

“¿De qué viene que casi todos los años estamos temiendo un hambre y nos amenazan, casi siempre con ella? A mi ver viene de malicia e ignorancia. la primera de los hacendados, la segunda del populacho». Espejo

Ahondando en el mismo tópico. La escasez podría tener efectos colaterales devastadores:

“a la escasez de víveres, se sigue indefectiblemente la peste (…) los pobres pasan a nutrirse de cuanto llega a sus manos”. (Espejo, s.f., p. 87), es decir, la pobreza conlleva a que los pobres se alimenten de cuanto les llega a las manos, así corrompen su cuerpo y pueden provocar enfermedades.

Espejo propuso una estricta regulación de licores porque estos eran altamente venenosos como lo explica Espejo:

“Hay ciertas casas (…) en donde se fabrican aguardientes, que, para sacarlos muy fuertes, les infunden muchos materiales acres, cáusticos y soporíferos”. (Espejo, s.f., p. 83).

Incluso añade que a la misma chicha se le añadían hierbas narcóticas como el huantug y chamico.

Limpieza de Quito:

Espejo denunció que había casas y monasterios muy sucios. Además, sugirió que en los hospitales debería haber una excelente asepsia, y que se debía enterrar a la gente lejos de la ciudad, y no en las mismas iglesias.

“En ninguna parte de la ciudad se puede venir a padecer, no digo una peste, sino una muerte súbita, que dentro de las iglesias más frecuentadas (…) se sepultan más o menos los cadáveres de los fieles. La causa de un daño tan funesto consiste en la continua exhalación de vapores venenosos, que despiden las bóvedas sepulcrales” (Espejo, s.f., p. 95).

También le preocupaba que el único hospital que había en Quito estaba en el centro, cuando debería estar lejos de la ciudad.

Limpieza de la población quiteña:

Con esto, Espejo se refería a las precauciones que se debía tener con las personas infectadas con alguna enfermedad como: venéreas, tísicos y héticos, enfermos de sarampión, virolentos, leprosos.

De los enfermos, dijo Espejo que se debía tener registro de quienes y cuántos eran, y se debía alejarlos de la sociedad en hospitales alejados de la ciudad:

“Es cosa indudable que la Viruela es enfermedad contagiosa y que se logra la preservación de ella, evitando la vista, trato y comunicación de los virolentos, de su ropa y utensilios”. (Espejo, s.f., p. 56)

Pero de algo había que cuidarse más que nada y eso era de los falsos médicos.

Espejo puntualizaba que quienes los atiendan deban ser médicos profesionales bien estudiados y no cualquier persona. Fíjese el lector que Espejo añade el apartado –Malos Médicos-, en el lugar donde se destina a hablar de todo lo que debe ser separado de la sociedad quiteña. Entendía Espejo que quienes ejercían de médicos, sin serlo, o sin haber estudiado medicina, eran otra plaga a enfrentar radicalmente.

Espejo era muy severo con los futuros médicos, incluso recomendaba a los futuros galenos que debían saber griego, latín y francés para poder leer la medicina de la vanguardia de la época:

Un estudiante Médico se halla en la dulce precisión de saber la lengua francesa: el que no la entiende, puede decirse francamente que tampoco entiende la Medicina”. (Espejo, s.f., p. 121).

Pero ¿qué debía dominar un médico, para ser médico?, según Espejo: Lógica, Retórica, Física, Estática, Mecánica, Hidráulica, Hidrostática, Óptica, Acústica, Geometría, Álgebra, Anatomía, Botánica, Química, Farmacia, Cirugía.

¿Qué pasó con estas recomendaciones?

Finalmente, las recomendaciones quedaron en nada. Ya sea por la dura crítica que desnudó la condición insalubre de la ¿Carita de Dios?, o porque en tiempos de crisis el sentido común es el menos común; sus escritos se quedaron en palabras. ¿Qué sucedió con la viruela? El 16 de julio de 1805 se inauguró en Quito la vacunación para la viruela, a través de la Expedición Salvany, con los Niños Héroes que traían la vacuna inoculada.

Quieres conocer cómo el reino de España erradicó la viruela:

Bibliografía

Espejo, E. (s.f.). El nuevo luciano de Quito . Guayaquil: Ariel.

Lexus Editories. (2010). HISTORIA DEL ECUADOR. Barcelona: LEXUS EDITORES.

Universidad Técnica Particular de Loja. (2015). Literatura Ecuatoriana I. Loja: Ediloja.

Resumen
Eugenio Espejo y la epidemia de la viruela
Nombre del artículo
Eugenio Espejo y la epidemia de la viruela
Descripción
El siguiente artículo haré una reseña del libro de Eugenio Espejo, Reflexiones sobre las viruelas. En ese libro Eugenio Espejo propuso varias soluciones para que la Real Audiencia de Quito pudiera enfrentar la epidemia de la viruela. También expone las sucias costumbres de los habitantes de Quito, su penamiento atrasado, la viveza criolla y la falta de inteligencia económica.
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Adrián Flores escritor
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