Demetrio Aguilera Malta
(Guayaquil, 1909 – México, 1981). A los veintiún años publicó el libro de cuentos: Los que se van (1930) junto con Joaquín Gallegos Lara y Enrique Gil Gilbert. Ese libro fue considerado el texto fundador de la generación de los 30.
Su extensa obra cruzó por diferentes géneros como el cuento, la novela y el teatro. Así como por distintas temáticas como el realismo social y el realismo mágico.
“Aguilera malta, como se puede decir, ya empleó en su obra técnicas narrativas que serían lugares comunes en la mejor narrativa del Boom: flash back, monólogo interior, fluir de la conciencia, planos cambiados” (Gaona Jiménez, 2013, p. 145)
Lee todas las caracerísticas del realismo social ecuatoriano: https://adrianfloresescritor.com/realismo-social-generacion-30-autores-caracteristicas/
Resumen de la obra en Siete lunas y siete serpientes
La novela Siete lunas y siete serpientes desarrolla un tiempo no lineal, -laberíntico- que exige del lector extrema atención para no perderse a través de los entresijos de sus tres escenarios: Santorontón, Daura y Balumba.
Asimismo, hace uso de varios recursos muy presentes en la narrativa latinoamericana del boom de los 60’s, muchos arguyen que el Ecuador, bajo el contexto cultural, pudo ingresar a la literatura del boom a través de la obra magna de Demetrio Aguilera Malta.
La historia desarrolla los siguientes arcos argumentales, en diferentes mosaicos temporales que se afectan entre sí, que son, más bien, ramificación de una sola línea argumental, la del personaje principal: El mariscal Candelario.
El argumento principal: Mariscal Candelario.
Sin saber hijo de quién es, Candelario fue abandonado en las puertas de la iglesia del padre Cándido quien lo adoptó como su ahijado. Por su fama de asesino y su facultad de transformarse en caimán, la gente piensa que él es hijo del diablo, aunque no lo es. También se dice que es hijo del padre Cándido.
Candelario creció como un hijo rebelde y borracho quien hacía lo que bien se le venía en gana. Un día, embriagado, quemó la iglesia de su padrino, razón por la cual, él lo desconoció.
Candelario también estaba enamorado de Josefa Quindales quien siempre lo despreció por su fama de mujeriego. Un día, cuando él se transformó en animal, presa del éxtasis fue a casa de los Quindales para violar a Josefa, pero ella no estaba ahí. Candelario mató a los padres de Josefa y violó a la hermana menor de ella: Clotilde.
El lado perverso de Candelario Mariscal
Después, Candelario huyó hacia inciertos lugares. Se llevó a cargo al capitán de una embarcación: Canchona, a quien con poderes mágicos le obligó a seguirlo. Candelario Mariscal arrasó pueblos enteros sólo por su entera diversión hasta que un ministro de gobierno, más fuerte y despiadado que él, lo persiguió: Coronel Epifanio Moncada.
Candelario regresó a Santorontón.
Un día se enteró que Josefa había muerto en una hacienda llamada “los Cocuyos”. A partir de ese momento, Josefa Quindales se levantó de ultratumba y le obligó a Candelario a tener sexo con ella todas las noches como venganza por el asesinato de sus padres, aunque ella adoptaba una forma humana y le sentenció a él: Los muertos lo saben todo.
Dos años han pasado desde aquel momento y todas las noches Josefa le obligaba a tener relaciones. Además, cuando él desea tener sexo con otras mujeres, Josefa impedía que su miembro pueda estar erecto.
Por esa razón, Candelario buscó al brujo Bulu-Bulu para que lo ayude. El brujo le dice que la única solución que le queda es casarse por la iglesia y con todas las formalidades. Para ello, el brujo le ofreció en mano a su hija Dominga. El brujo le ocultó que también lo hacía porque así las serpientes que visitaban cada noche a su hija, ya no la visitarían más.
Candelario y Dominga se casarían en la iglesia del pueblo. Candelario obligó al cura Gaudencio a casarlo, y a todas las gentes del pueblo, las obligó a ir al matrimonio. Pero Josefa le prometió que él y Dominga nunca podrían tener relaciones.
El argumento del villano: Crisóstomo Chalena.
Chalena hizo un pacto con el diablo para hacerse rico, por lo cual acapara toda el agua del pueblo para vendérselas a los santoronteños. Adopta como sus sirvientes a Salustiano Caldera y Rugel Banchaca a quienes nombra: Teniente político y Jefe de la Rural, respectivamente. A su séquito de secuaces se unieron el médico Espurio Carranza y el cura Gaudencio, un sacerdote que exprime al pueblo para construir su iglesia.
Los habitantes de Santorontón empeñaron paulatinamente todas sus pertenencias a cambio de agua con Chalena. Incluso, sus cuerpos. Al mismo tiempo, Chalena se fue convirtiendo en un horrible sapo gigante.
Cuando ya todos morían de sed, incluidos los animales, Chalena mandó a sus hombres a incendiar la montaña, temeroso de que los animales bajen a sus reservorios de agua y la consuman.
El fin del villano y la victoria del bien
El negocio del agua se le vino abajo a Chalena cuando llega el médico Juvencio, porque este doctor convenció a los Santoronteños a construir una presa para recoger agua. En aquella empresa también trabajaron los animales de la montaña. Para vengarse de aquel asunto.
Chalena perdió todo su poder y se convirtió en una bola completa hasta que el coludo lo visitó de nuevo. El diablo le dio un arma secreta para que se vengue de todos los lugareños el día de la boda del Candelario Mariscal con Dominga.
El argumento del padre Cándido y el Cristo de madera.
El padre Cándido era el cura de Santorontón. Amigo de un Cristo de madera a quien conoció cuando, desde un barco pirata, lo arrojaron junto al crucificado al agua. Ambos nadaron hasta la orilla.
Desde ese momento, Jesús lo rescatará en ocasiones y en otras lo aconsejará.
También crio a Candelario Mariscal porque alguien lo había abandonado cuando era bebé en la puerta de la iglesia; aunque, cuando Candelario, creció quemó la iglesia y Cándido lo expulsó de su vida.
Cuando el cura Gaudencio llegó al pueblo, fue expulsado de aquel lugar; pero, se dedicó a realizar trabajo de campo: visita a los feligreses y los ayuda siempre que pueden.
Al finalizar su arco narrativo, el Cristo le convence de que debe olvidar los rencores con su ahijado, y Cándido decide ir a la boda de él.
El argumento del héroe, el doctor Juvencio Balda y Clotilde
Juvencio Balda había viajado a Santorontón desde Guayaquil. Se quedó un tiempo en casa del padre Cándido y tan pronto como llegó, enemistó con Crisóstomo Chalena.
Cuando Chalena mandó a quemar la montaña para evitar que los animales le roben el agua, y luego los acribilló, fue Juvencio quien los ayudó a ellos y los curó. También curaba a gente del pueblo. Así que se ganó también el odio del matasanos del pueblo, Espurio Carranza, un supuesto médico que era dueño del cementerio y por tanto, solía dejar que se mueran sus pacientes para hacer negocio de los entierros.
Ayudó a Clotilde, porque ella tenía un cuadro clínico de locura después de haber sido violada por Candelario transformado en caimán. La joven trataba de seducir a los hombres, e imaginaba que los castraba.
La lucha del bien en contra del mal. El conocimiento como escape de la ignorancia
Juvencio propuso la construcción de una presa para almacenar agua; para que así, el pueblo ya no dependa del agua que les vendía Chalena. La presa se construyó con los habitantes del pueblo, con todos los animales de la montaña, principalmente, los monos y los murciélagos.
Debido a esto, Chalena se vengó de él. Lo quiso matar achacándole el asesinato de un minusválido al que él mismo mató. Pero, fueron los monos quienes lo salvaron y lo llevaron hacia Clotilde quien lo curó junto con el padre Cándido.
Finalmente, él se enamora de Clotilde y ella de él. Cuando él se recupera, le propone a Clotilde ir a vivir juntos fuera de Santorontón.
Arco argumental del brujo Bulu-Bulu
Bulu-Bulu es el brujo del pueblo. Dentro de él habitan todos sus ancestros. Descendiente de los negros que llegaron en calidad de esclavos a Ecuador durante la colonia, puede transformarse en tigre y su poder es tan grande que incluso el mismo Candelario lo teme.
Está casado con Crisanta. Su hija, Dominga, es visitada cada noche por serpientes X-Rabo-de-Hueso a quienes ha aprendido a domeñar. Las sujetaba con su brazo derecho y las enterraba en un hueco en la tierra que hacía fuera de su casa. Así pasaron siete noches, hasta que llegó el Coronel Candelario Mariscal quien al siguiente día le propuso matrimonio a ella.
El brujo Bulu-Bulu le convenció a Candelario que se casara con Dominga. Por un lado, para así ahuyentar a la muerta Josefa que todas las noches se le aparecía a Candelario para tener sexo; y por otro, para liberar a su hija de la rutina nocturna de enterrar a las serpientes X-Rabo-de-Hueso.
Lee la biografía completa de Demetrio Aguilera Malta: https://www.biografiasyvidas.com/biografia/a/aguilera_malta.htm
ANÁLISIS Y CRÍTICA DE LA OBRA SIETE LUNAS Y SIETE SERPIENTES
Siete Lunas y Siete serpientes destila realismo mágico desde sus primeras páginas. Novela escrita con una larga pasión de veinte años, tiempo que, según cuentan, le tomó a Demetrio Aguilera Malta escribirla. Escrito también con increíble lirismo logra mantener enganchado al lector bajo una hipnosis de imágenes e historias trenzadas.
La bella trenza de la novela. Una historia laberíntica en Siete lunas y siete serpientes.
La novela está escrita de forma laberíntica. No es lineal. El lector debe andarse con cuidado para no perderse entre los tiempos y los personajes. Sólo así podría ir deshilvanando la bella madeja en la que se aglutinan todas las historias de Santorontón.
Cada trama, además, afecta directamente a la otra; y en los dos días en que oficialmente transcurre la novela bajo la perspectiva de Dominga, también transcurre toda la vida del pueblo y sus habitantes: Del ascenso y posterior caída de Chalena, de la llegada del héroe: Juvencio; de las peripecias del cura Cándido y su rivalidad con Gaudencio; la vida y desarrollo de la personalidad asesina del Coronel Candelario Mariscal.
La novela es una trenza que bien puede relatar el pasado como el presente de cada uno de los protagonistas sin desperdiciar ni un ápice de cada uno. Incluso los personajes secundarios tienen su relativo protagonismo, trasfondo y sus propios objetos de búsqueda.
Los valores universales antagónicos de los personajes en Siete lunas y siete serpientes.
Siete lunas y siete serpientes, además aborda, como toda buena obra de arte, una gran cantidad de temas antagónicos. Bajo la teoría de Rober McKee, los valores universales chocan por la naturaleza misma de sus personajes. La cuerda se tensa en cada línea y página de la obra, mantienen al lector atento, expectante de que el protagonista de su arco argumental consiga o no su objeto de búsqueda.
Esta novela es una novela de carácter universal; dado que, trasciende los motivos eminentemente ecuatorianos. Su temática no es la lucha de clases propia de la generación del 30, sino que explora las pasiones del ser humano, su corrupción o su salvación.
La lucha entre el bien y el mal en Siete lunas y siete serpientes.
Los valores universales antagónicos generales de la novela son la lucha entre el bien el mal por el alma de los santoronteños. El mal, encarnado por Chalena, el rico que hizo un pacto con el diablo y dueño de una sed de acumulación infinita. El bien, representado en el padre Cándido y Juvencio. Dos personajes que deben luchar contra las ambiciones de Chalena de dominar el pueblo.
Juvencio Balda, además de ser representante del bien, es también la luz de la civilización y del conocimiento que salvan a Santorontón y sus habitantes. No sólo que debió luchar contra Chalena y sus hombres, sino también contra la ignorancia y los miedos de los Santoronteños. Con sus conocimientos como médico, salvó a muchas personas; y con sus conocimientos de ingeniería, creó una presa para terminar con el dominio que Chalena tenía sobre el agua.
“(…) doctorcito. Es que me nada el cuero. Estoy contento. ¿Cómo no voy a estarlo? Ya no tenemos que despojarnos de nada para poder usar el agua que queramos. Hasta la vergüenza es nuestra, de nuevo, doctoricito” (Aguilera Malta, 2001, p. 374)
Chalena, por otro lado, representa el capitalismo salvaje, insaciable y asesino. Con tal de proteger su negocio ordena el incendio de la montaña del pueblo y asesina a los monos que huyen del fuego. Bien podría considerarse este episodio específico como una metáfora de la masacre del 15 de noviembre de 1922. Masacre que fue ordenada en Guayaquil contra los obreros que habían salido a reclamar por sus derechos. Por ello, la novela también retoma ligeramente episodios del realismo social bajo el concepto de la lucha de clases.
El simbolismo como parte sustancial deen Siete lunas y siete serpientes.
Lo humano.
En la mitad del camino están Candelario Mariscal y el brujo Bulu-Bulu. Ellos no adoptan ningún bando en ningún momento de la historia. Si bien Candelario Mariscal es sanguinario y cruel, sus actitudes no persiguen ningún fin. Es tanto humano como caimán. Los momentos de mayor crueldad de él se dieron cuando Candelario aprendió a convertirse en reptil.
Esto dijo el Jesús Crucificado de Candelario Mariscal.
“Es malo. No cabe duda. Con todo, su maldad resulta un estallido. Una predestinación. El papel que le toca representar. Obedeciendo a causas ajenas. Producto de una mente desquiciada por enfermedad, vicio o herencia. Además, cuando actúa, lo hace abiertamente. Sin esconderse. Sin tratar de ocultar sus hechos o sus móviles. Sin pretender, hipócritamente, conquistar el cielo pagando unas monedas. Ni, tampoco, por la misma cantidad, quiere obtener respeto y aprecio, miedo u oficio de sus semejantes” (Aguilera Malta, 2001, p. 342)
La bestialidad.
Por otro lado. El brujo Bulu-Bulu que representa la herencia africana también posee la facultad de convertirse en un tigre. ¿A qué se debe que sólo estos dos personajes se conviertan a su gusto en animales? A que ellos están en la franja de lo bueno y lo malo. Al no elegir un bando, son tanto humanos como bestias.
Lo anterior se ratifica con la lenta, gradual y no buscada transformación de Chalena en un sapo amorfo. Chalena decide elegir el mal y por eso ha perdido su figura humana. Al finalizar la novela, cuando ratifica su pacto con el diablo, incluso ha perdido sus brazos y piernas.
“Crisóstomo -a esas horas- rebotaba sobre su panza. Pelota inverosímil parecía haber perdido extremidades y cabeza” (Aguilera Malta, 2001, p. 390).
Caso contrario sucede con los monos de las montañas que, en determinados momentos adoptan conductas humanas en el momento en que deciden trabajar mancomunadamente, primero para construir la presa, y segundo para salvar de la muerte a Juvencio Balda. De hecho, todos los animales de la montaña ayudaron durante la construcción de la presa.
“También otras especies zoológicas prestaban sus servicios. Como en todas las horas cruciales, parecían olvidar sus cotidianas diferencias. En un pacto implícito, no se devoraban los unos a los otros. Cuando chocaban entre sí, por acaso, se apartaban con prudencia. Sin responder a sus instintos naturales de agresión”. (Aguilera Malta, 2001, p. 334)
La mitología dentro de la Siete lunas y siete serpientes
Por otro lado. Demetrio Aguilera Malta hace uso de la mitología cristiana para desarrollar su hermosa epopeya en prosa. Epopeya porque Jesús, hijo de Dios, ayuda al padre Cándido y a Juvencio. Sus héroes deben luchar por sus ideales o lo que consideran correcto.
Este Jesús crucificado, sin embargo, no es la representación de la ostentación. Es un Jesús de madera que sufrió quemaduras durante el incendio de la Iglesia del padre Cándido. Esto, bien puede significar que la bondad y la rebeldía de Jesús no están en las perlas preciosas ni en suntuosas vestimentas sino en su propio mensaje.
Los personajes y su afiliación al bien o al mal:
Conclusión
Esta novela ecuatoriana adquiere el carácter de universal debido a la carga temática que usa, la disyuntiva entre el bien y el mal. Casi alejado de la teoría de la lucha de clases del realismo social, explora al ser humano en tanto ser humano, y trasciende lo puramente costumbrista de la generación de los 30’s.
Siete lunas y siete serpientes es una novela que debería ser de estudio y análisis obligatorio en las aulas de las facultades de Filosofía y Letras, tanto por su importancia como por ser una joya de la literatura ecuatoriana, así como por la infinidad de técnicas narrativas que utiliza Demetrio Aguilera Malta bajo el contexto del realismo mágico.